Deja el maldito móvil, joder!
Deja el maldito movil!
Lo puedo decir mas alto, pero no mas claro. ¿Qué demonios le pasa a la gente de hoy en día que está como atontada? (puedes quitarle el “como” a la pregunta, up to you) ¡Todo el día pegados al teléfono móvil! ¿Pero qué busca la gente allí? ¿La ciudad perdida de la Atlántida? No, porque está bien establecido por la ciencia que esa ciudad no existió nunca y jamás existirá por mas que la gente siga mirando el móvil. ¿El Dorado? No, el Dorado era otro mito en el que tantos pobres diablos picaron durante décadas. ¿La felicidad? Oye, pues quizá. Pero si de verdad buscan la felicidad en el teléfono móvil ¡lo llevan claro!
En serio, ¿pero cómo no va a estar la sociedad actual en decadencia? ¡Si todo el mundo esta pendiente del teléfono móvil y de sus Atlántidas y Dorados! Quisiera que te pararas unos segundos y pensaras cuantas veces miras al teléfono móvil al día. ¿Tienes ya una cifra? Vale, la que sea. Bien, ahora que sabes cuantas veces lo miras quisiera que pensaras (de todas esas) cuantas veces eran realmente necesarias.
Esto es, cuantas te satisfizo una necesidad (ergo, hizo tu vida mejor). Déjame que te lo diga yo: ¡¡de esas 80, solo 3!! (el mensaje de tu jefe que te ha subido el sueldo (con suerte); tu novia/o te ha llamado para decirte que te quiere; y el pizzero ha llamado para decirte que en 5 minutos esta en tu casa…). No se trata de pensar qué has mirado en esas otras 77 el móvil (ni te acuerdas), si no de plantearte qué has dejado de hacer para mirar esas otras 77. Mientras lo piensas, déjame que siga explicando en el siguiente párrafo.

Mi maldito movil (Foto por Pablo Ferrari)
Interrumpir tu vida para nada, o poco
Has interrumpido otras actividades de tu vida 77 veces para nada. Te lo repito: has dejado de hacer TU VIDA 77 veces para nada. Para satisfacer una necesidad que tu te has creado de la nada. Pongamos que cada vez que miras el móvil te quedas “enganchado” a el una media de 75 segundos cada vez. Eso es 5,775 segundos, que en minutos se traduce en 96.25 al día. Redondeando: una hora y media larga mirando NADA. ¡¡Una puta hora y media!! Si esto ocurre cada día (y es verdad) entonces te lo digo mas claro: 24 días y pico al año.
Si has hecho esto los últimos 10 años de tu vida, has perdido 243 días y medio de tu vida mirando aplicaciones de mierda y noticas estúpidas en el móvil. Imagínate haber invertido todos esos días en darle amor a esa persona que ya no esta, en pasear, en pintar, en leer un libro o incluso en escribir ese relato que tanto dices que vas a escribir y que confiesas que no tienes tiempo para escribir porque “es que no tengo tiempo” (mientras miras el móvil para ver el “meme” que te han mandado de no se que político, al que por cierto le importas un bledo).
Obsesion por el telefono movil
Yo llegue a estar obsesionado con el teléfono móvil. Te lo confieso. Antes de comprar un teléfono inteligente, el teléfono era un teléfono y ¡¡YO era el inteligente!! Y yo lo era porque yo tenia control sobre mi tiempo libre. Deje de leer (una de mis grandes pasiones), deje de ver a gente, llegaba a los sitios tarde, jugaba a juegos de aplicaciones que me dejaban distraído incluso en reuniones de trabajo (¿?). Lo mas grave fue que un día casi me mato mientras conducía porque necesitaba mirar el móvil.
Ese día estaba “mensajeándome” con quien yo pensaba iba a terminar en una relación amorosa. Llevábamos intercambiando mensajes de texto sin cesar casi todo el día, y cada vez que sonaba el “tin-tin” de “mensaje recibido”, el mundo dejaba de orbitar, pues lo que se escondía detrás de ese “tin-tin” era casi más necesario para mi cerebro que el mismísimo comer ¡¡Menudo idiota!! Mientras agarraba el volante de mi coche con las dos manos, sonó el “tin-tin” y enseguida, sin pensar, gire la cabeza, cogí el móvil, y al ver que era ella desvié la mirada de la carretera durante 5 segundos. Al sexto segundo pegué tal frenazo que me cargué los frenos (450 dólares de reparación). Dos segundos mas mirando el móvil, y ahora no estarías leyendo esto, te lo aseguro.
Y riesgos para mi vida
Te cuento ¿sabes para que me jugué la vida? Para nada. Aquella chica se intercambiaba mensajes de texto con muchos mas chicos. Esta muy bien “morir por amor”, pero morir por nada… ¡¡hay que ser idiota!! A los tres meses de aquello conocí a la que hoy es mi mujer, pero eso es otra historia. Por cierto, a la chica del “tin-tin” la conocí por una aplicación del móvil. A mi mujer, en el trabajo. Fijate, no solo soy yo el que lo piensa, la policia tambien.
Recuerdo una anécdota de cuando vivía en Escocia. En una estación estábamos 7 personas esperando el tren. Me fije que los 7 (incluido yo) estábamos pegados al móvil. Deje el teléfono para examinar tal situación y al mirar a mi izquierda observe una familia de zorros caminando entre los matorrales en paralelo a las vías del tren. Me quedé fascinado. Esa noche busque en internet un documental de zorros y aprendí que los zorros solo viven una media de 3 años. Yo siempre pensé que vivían entre 7 o 10, como la mayoría de los perros, ya que los zorros también son caninos. Ahora veo a los zorros de otra manera. Los otros 6 (seres humanos) que estaban en la estación ni se percataron.
Perderte con tus ojos lo que realmente
¿Alguna vez te has fijado que cuando hay un grupo de gente frente a un monumento, o una celebridad, o un paisaje, o un acontecimiento natural, etc., todo el mundo mira a través de las pantallas del móvil y no de sus propios ojos? Estamos tan (y mucho mas) preocupados en “inmortalizar” los eventos que nos “mortalizamos” a nosotros mismos. Una vez vi a un Presidente de EEUU, donde vivo, y malgasté casi todo el tiempo en que le tuve delante (2 o 3 minutos) en sacar el móvil, abrir la aplicación de la cámara, enfocar, hacer zoom y después hacer la foto (mientras pensaba que si los escoltas pensaban que estaba sacando otra cosa me iban a freír a disparos, lo cual incrementó mi ritmo cardiaco, sudoración, y presión arterial considerablemente). Cuando lo saque (el móvil) y dispare (la foto) me limité a comprobar acto seguido el “qué tal había salido la foto” ¡¡ahí, a diez metros del Presidente!!
Tengo un “estupendo” recuerdo del hecho de haber intentado sacar una foto de un Presidente. No tengo un recuerdo de haber visto al Presidente. Me deprimió mucho aquello porque mi adicción al móvil me hizo sustituir mis ojos, emociones y memoria de tiempo real por una estúpida foto de mierda que además ni salió bien ni nunca miro.
Antes de sacar el móvil en un evento, me acuerdo siempre de la frase de Darth Vader cuando le dice a su hijo (si, “¡¡el es su padre!!”) “Luke, ayúdame a quitarme la mascara. […] déjame verte con mis propios ojos”. Luke contesta “pero morirás”, a lo que Vader insiste “nada puede evitar eso ya, hijo mío”. ¡¡Qué cierto!! ¡¡Haz que tus recuerdos los generes con tus propios ojos!!
Conclusion
El punto que quiero que entiendas es que al comprobar tanto el móvil, dejas de hacer cosas que pueden llegar a ser extraordinariamente productivas para ti. Creo que el móvil es el tabaco del siglo XXI. Lo pienso firmemente. Crea verdadera adicción. Y además “tontera” crónica. ¿No me crees? Fíjate en un bar, en un restaurante, en el tren, o en el metro, y quiero que cuentes cuantas personas están mirando el móvil al mismo tiempo. Cuando hayas terminado de contar, mira por la ventana y dime que ves. Dime si ves un atardecer. Dime si ves un rio y el reflejo del sol en sus aguas. Dime si ves una pradera llena de hierba verde. Un pueblo medieval. Un edificio histórico. Dime si ves a quien puede ser el amor de tu vida. Dime si ves…¡¡cualquier cosa menos un mensaje de WhatsApp!!
Ya lo decía Einstein “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad; el mundo solo tendrá una generación de idiotas”. Así que ya lo sabes: ¡¡deja el maldito móvil, joder!!
Lo dicho, lo puedo decir mas alto, pero no mas claro.
Pablo Ferrari.
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Me encanta!!! si, debemos dejar el celular aparcado por un tiempo! otra vez, eres una persona inteligente con mucha capacidad de escribir! Maravilloso!
Muchisimas gracias Paul. Si, es importante que empezemos a usar el telefono movil con mas mesura!